La Biblioteca de las escritoras sevillanas.

Blanca de los Ríos, Concepción Estevarana, Mercedes de Velilla, Antonia Díaz Fernández, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado…

La principal biblioteca pública de Sevilla se llama «Infanta Elena».

Las cuatro primeras escritoras, todas sevillanas, desaparecieron del mapa de los nombres. Proscritas, por ser mujeres.

En el caso de Blanca, encontramos a una pensadora profunda en el pretexto. Convirtió una forma de escritura aceptada, en antigua. Y esas rupturas en España, son imperdonables. Somos puro amedrento.

Esa rabia con la que comienzan los siglos en este país, vestidos a la fuerza bajo el tambor de las campanas, con las viejas ropas aclamadas, acaba germinando en pequeñas criaturas como Blanca de los Ríos, dispuestas a afrontar la desnudez del vértigo del lenguaje desconocido. España tiene catacumbas repletas de pequeños seres que han redefinido el lenguaje humano a través del arte.

La Biblioteca Pública Provincial de Sevilla habría de llamarse, «Biblioteca de las escritoras sevillanas». La historia, escrita por hombres que vencieron a otros hombres, nos ha permitido leer a los otros cuatro grandes hombres letristas y pensadores sevillanos, entre otros, que he citado. Recuperemos la decencia de que Sevilla tenga la oportunidad de reconciliarse consigo misma, enseñando a cada pequeño ser que atraviese el umbral de la Biblioteca, el camino hacia la docena de mujeres sevillanas que elevaron el arte de la escritura.

Llamen al hipódromo: «Infanta Elena». Una mañana la vi montar. Es cierto. En Mallorca. Con el azar de una mañana de verano por testigo. Yo en aquél momento no tuve la ocurrencia de interrumpirla y hablarle de Blanca de los Ríos y de su salvaje cabalgadura sobre las letras.

Por favor, puede ayudarme a encontrar dónde está el último libro de la Infanta Elena. Gracias. No hay. Debe estar confundido. Quizás, pero esto es una biblioteca. Ya, pero esto es España.

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